Matteo Berrettini, lo hizo delante de todo el mundo: nadie esperaba una reacción así.
Sin duda merecía ganar ese partido. Y no porque vistiera la camiseta azzurra, sino porque era palpable el gran deseo que tenía de ganar y redimirse tras haber perdido la oportunidad de jugar con la selección el año pasado. Matteo Berrettini lo dio todo, pues, y un poco más.
Lo hizo en el partido inaugural contra Argentina, emparejado con el número 1 del mundo, pero también en la segunda ronda contra la hostil Australia. El acceso a la final de la Copa Davis dependía esencialmente de él, así que ni que decir tiene que jugó con un peso nada desdeñable sobre sus hombros. Y poco importa que cediera el primer set ante su rival, Thanasi Kokkinakis, debido a un par de errores evitables, porque después, por mucho que se empeñara en decir lo contrario, se recuperó brillantemente.
En esa remuntada puso la cabeza pero sobre todo el corazón. Un corazón azul oculto por kilos y kilos de músculo pero que casi nos parece ver latir, cada vez que el tenista romano salta a la pista por su país. Especialmente evidente fue cuando, como si de un mago se tratara, anotó el punto que, aunque en realidad no era match point, le entregaba formalmente las llaves del ‘paraíso’
La inesperada reacción de Berrettini se hizo inmediatamente viral
El punto en cuestión es el ajustado golpe de derecha, lanzado prácticamente con un movimiento de muñeca, que literalmente desplazó no sólo al público, sino especialmente a su rival
El australiano se quedó atónito cuando el balón se estrelló contra el cemento de Málaga y volvió la mirada hacia Matteo como para asegurarse de que el disparo había salido de su colega y no de un extraterrestre. Ese fue, sin duda, el punto del partido, aunque llegó con 5-5 y no en el set decisivo. A partir de ese momento, de hecho, no hubo contienda. Berrettini despegó y Kokkinakis no pudo hacer nada contra aquel rival todo músculo y corazón.
No se lo tomó mal, sin embargo, el querido amigo de Nick Kyrgios, hasta el punto de que, en cuanto tuvo ocasión, se tomó la revancha. Cuando, unas horas más tarde, Matteo publicó vídeos y fotos del partido en las redes sociales, el australiano reaccionó con dos emoticonos inequívocos y falsamente «venenosos»: un dedo corazón y una cara riéndose. Una reacción irónica y deportiva, la de Thanasi, que en un momento dado sólo pudo rendirse a la sed de victoria y venganza del tenista italiano.