Jannik Sinner, soñar nunca ha hecho daño a nadie, más bien al contrario. Una declaración inesperada hace brillar los ojos de los aficionados.
Por primera vez en mucho tiempo, ninguno de los Tres Grandes ganó un Slam. Jannik Sinner y Carlos Alcaraz hicieron un reparto casi perfecto de los majors de la temporada: el primero y el último fueron para el del Tirol del Sur, el segundo y el tercero para el ibérico. Una señal inequívoca, la prueba de que los tiempos han cambiado oficialmente y de que la nueva guardia se ha afianzado.
Cuidado, sin embargo, porque aún no se ha dicho la última palabra. Son muchos, sobre todo entre los iniciados, los que piensan que Novak Djokovic aún tiene mucho que decir y que en la próxima temporada podría dar más guerra que en la que está a punto de terminar. Podría ser, por supuesto, igual que es probable que los dos campeones de Europa se encuentren pronto con algún rival que, tal vez, aún esté por emerger y explotar.
En definitiva, podría pasar cualquier cosa, porque, al fin y al cabo, basta un poco para desequilibrar la balanza. El ganador de Wimbledon y Roland Garros, sin embargo, es feliz como está. Lo ha dejado claro en los últimos días, durante la Laver Cup, cuando la prensa le ‘interrogó’ sobre sus perspectivas de futuro y su rivalidad con el número 1 del mundo.
Alcaraz sueña a lo grande: Sinner también está implicado
«Espero que nuestra rivalidad sea tan buena, o casi tan buena, como la que han tenido los 3 Grandes a lo largo de sus carreras», dijo Carlitos, que nunca ha ocultado lo mucho que le gusta jugar contra Sinner, independientemente del resultado.
«Espero seguir así, compartiendo grandes momentos, luchando por los grandes torneos, los Grand Slams, los Masters 1000. Si seguimos a este nivel construiremos una gran rivalidad y relación también fuera de la pista. Espero que siga en el circuito mucho tiempo, porque me empuja a ser mejor jugador cada día. Me empuja a entrenar al cien por cien para intentar ganarle en los próximos partidos. Sería genial tener esa gran rivalidad que tuvieron los 3 Grandes en sus carreras’.
Alcaraz no tiene grandes pretensiones. Lo único que necesita es igualar la rivalidad que existía entre Djokovic, Federer y Nadal, para dar al público las mismas emociones que disfrutaban los aficionados en la época de los 3 Grandes. Porque, al fin y al cabo, son precisamente estos eternos desafíos los que añaden un poco de sal y pimienta a este deporte.