Así es como Sinner llega a fin de mes: todo lo que necesitas saber sobre el campeón entre bastidores.
Nadie en la historia del tenis mundial ha ganado más en un periodo de 365 días que él. El récord pertenecía antes a Novak Djokovic, pero Jannik Sinner consiguió arrebatarle también esta increíble marca al campeón serbio. En 2024, se aseguró, lo han adivinado, unos 20 millones de euros. Solo en la pista, claro, ya que el dinero de los patrocinadores no está incluido en esta astronómica cifra.
En las Nitto Atp Finals consiguió otros 4,6 millones de euros: ganó el torneo sin haber perdido ni un solo set y, en caso de que el vencedor fuera un jugador que hubiera llegado invicto a la final, el premio en metálico aumentaría. No tiene problemas financieros, en resumen, nuestro Pecador. Pero ha pagado un precio muy alto para llegar a donde está hoy, en la cima del mundo.
Nicolas Lozito, periodista del diario La Stampa, ha intentado hacer las cuentas en los bolsillos no sólo del campeón del Tirol del Sur, sino de todos los jugadores de elite que, como él, tienen que hacer frente, cada año, a todos los gastos necesarios para jugar a un cierto nivel. ¿Sabías, por ejemplo, cuánto afecta al presupuesto mensual el hecho de recurrir a un entrenador experimentado? Probablemente no, así que quizá debamos compartir algunas cifras para que puedas hacerte una idea de cuánto gasta anualmente un tenista del circuito.
Sinner, la factura es muy alta: toda la verdad
Empecemos por los gastos relacionados con el entrenador, que son sin duda los más importantes. Según La Stampa, un buen entrenador puede costar hasta 5.000 euros a la semana. Sinner tiene dos, Simone Vagnozzi y Darren Cahill, así que paga un precio muy alto -pero justo- por ser seguido por dos profesionales de su calibre.
Además, el entrenador tiene derecho a recibir el 1% o el 2% del premio en metálico del jugador. A los sueldos de los demás miembros del equipo, como el entrenador deportivo y el fisioterapeuta, hay que añadir el coste de sus desplazamientos. El avión, a veces privado, corre a cargo del tenista. En cuanto al alojamiento, normalmente es la organización del torneo la que paga el hotel, pero es el jugador el que paga la factura de las habitaciones extra.
Las raquetas y diversos accesorios corren a cargo de los patrocinadores, mientras que hay que hacer un discurso aparte sobre el encordado: arreglar las raquetas cuesta algo así como 10.000 euros al año, otro gasto que pesa mucho en el presupuesto de fin de año. Por todo ello, cuentas en mano, un tenista profesional llega a gastar, según las circunstancias, entre medio millón y un millón de euros al año. Una cantidad que, afortunadamente, no desplaza ni un milímetro a campeones del calibre de Sinner. Pero que, naturalmente, penaliza a quienes, por el contrario, no consiguen monetizar su talento con continuidad.