Nada que hacer para Jannik Sinner, esta batalla no la ha ganado el italiano. Una derrota que escuece, menudo golpe.
Novak Djokovic lo ha ganado todo. De hecho, sólo hay un premio que aún no figura en su riquísimo palmarés: la medalla de oro. Intentará ganarla dentro de unos minutos en la pista de tierra batida roja de París, donde los Juegos Olímpicos de tenis han llegado a su fin.
Aunque renqueante y -teóricamente- no tan en forma como en el pasado, Nole estuvo genial, al otro lado de los Alpes. Destrozó a sus rivales, uno tras otro, con la despreocupación que siempre le ha caracterizado, como si ganar fuera lo más fácil del mundo. A pesar de ello, no está nada claro que a su regreso se lleve en la maleta el tesoro que lleva tanto tiempo codiciando. Porque en la final, en los Juegos de París, se enfrentará a un rival de todo menos manejable.
El ex número 1 del mundo tendrá que vérselas con Carlos Alcaraz, que, a diferencia de él, está en un momento de forma fulgurante y que viene de regalarse dos Slams consecutivos. Ganó Roland Garros hace unas semanas y se siente especialmente cómodo en la tierra batida, donde conquistó el tercer grande de su carrera. Y él también, como Nole, tiene muchas ganas de traerse a casa el ansiado oro, por eso no le dejará nada a su rival serbio. Ni siquiera migajas.
Nada que hacer para el pecador: Djokovic premia a Alcaraz
Djokovic sabe lo difícil que será contrarrestar al español, y así lo manifestó el viernes por la noche cuando se le pidió su opinión caliente sobre la final que jugaría el domingo.
«No me considero favorito el domingo -son palabras del múltiple campeón de Slam- porque Alcaraz ha demostrado ser el mejor jugador del mundo en estos momentos. Ganó Roland Garros, ganó Wimbledon, donde me venció en la final con bastante claridad. Llegó a la final aquí en París sin perder un set. Yo también lo hice, pero creo que tal y como está jugando, es sin duda el favorito».
Una bofetada en la cara para Jannik Sinner, que estando en lo más alto de la clasificación Atp debería ser el mejor, pero no para Nole, que está absolutamente convencido de que nadie es mejor que Carlos en estos momentos. Un veredicto incuestionable que deja un sabor amargo en la boca pero que, quién sabe, el italiano podría revertir en cuanto tenga por fin la oportunidad de arrancar la temporada sobre cemento.