Berrettini, una oportunidad perdida: ya se ha acabado
Berrettini, la profecía se ha hecho realidad: no se aprovechó la oportunidad de la forma adecuada y, al final, ocurrió lo que se temía.
Las intenciones eran buenas. Muy buenas. Lástima que entre el decir y el hacer, como suele ocurrir, haya un mar. Y el proyecto que tanta ilusión había despertado en los aficionados resultó, en conjunto, no un fracaso total, sino medio fracaso.
Tanto es así que Netflix, el gigante del streaming, ha anunciado en las últimas horas que dejará de producir Break Point. La docuserie de tenis, que aterrizó en la plataforma de renombre internacional en la antesala del Open de Australia 2023, no fue seguida por los números esperados, por razones que entenderemos en breve. La primera temporada despertó algo el interés de los espectadores, la segunda algo menos. En resumen, la chispa no prendió. Y es emblemático que el coloso se muestre tan decidido a una semana de un acontecimiento que debía inaugurar una nueva era de la unión Netflix-deportes.
El partido de exhibición protagonizado por Carlos Alcaraz y Rafael Nadal no sirvió, como quizá se esperaba, para sellar el inicio de esa imaginada y esperada nueva era. De ahí, precisamente, la decisión de paralizar definitivamente la producción de la docuserie tras sólo dos temporadas que, evidentemente, no entusiasmaron al puñado de espectadores que pretendían darle una oportunidad
Berrettini, ciak si gira. O mejor dicho, no
Una oportunidad perdida, diríamos, sobre todo para los tenistas. Incluido Matteo Berrettini, que fue uno de los principales «actores» de las dos temporadas en la plataforma
Las causas de este parón habría que buscarlas, según la edición londinense de The Times, en las dificultades objetivas para trabajar con las figuras de culto del circuito, en primer lugar el rey del ranking Novak Djokovic. Lo que se impugna de la serie, fundamentalmente, es la falta de «personalidad». Los tenistas no se han esforzado lo suficiente, se dice, y los productores, por su parte, no han sabido aprovechar el poco material del que disponían. Y, en efecto, hay mucho ‘docu’ y poco ‘drama’ en la serie que debía abrir las puertas de los bastidores de los Slams a los aficionados al género.
Reilly Opelka no había sido blando al comentar el contenido de Break Point tras los primeros episodios. Lo había calificado de «horrible y banal» y suponía, por tanto, que no tendría una larga vida. Y quizá, en retrospectiva, tenía razón.