La inesperada confesión de Matteo Berrettini ha descolocado a la gente del tenis.
Durante mucho tiempo se pensó que Matteo Berrettini y Jannik Sinner no se soportaban. Que el del Tirol del Sur, mucho antes de subir al trono, estaba «celoso» de los éxitos de su colega romano. Y que el finalista de Wimbledon 2021, por su parte, había empezado entonces a estar resentido con el joven barón rojo que le había robado el título y el cetro de número 1 de Italia.
Su relación fue en realidad mal idealizada desde el principio. Puede que no sean los mejores amigos, ya que son rivales en el Tour, pero los dos azules han demostrado en varias ocasiones que se respetan y se estiman mucho. Tanto es así que Berrettini reveló hace algún tiempo que una de las personas que más cerca había estado de él en su época más oscura había sido el propio ganador del Abierto de Australia. Siempre están ahí el uno para el otro, en resumen, como buenos compatriotas.
Y Matteo está ahí para Jannik incluso ahora que una gran parte de la población del tenis y de las redes sociales parece estar resentida con él. Sobre todo ahora que el público y otros deportistas piden su descalificación, porque no están nada seguros de la bondad de la sentencia que finalmente le exculpó de todos los cargos de dopaje. Una voz fuera del coro, la de Berrettini, que no por casualidad ha recibido aplausos y elogios de quienes esperaban que, tarde o temprano, alguien rompiera una lanza a favor del número 1 del mundo. Hasta la fecha, es el único que se ha expuesto de forma tan descarada, lo que da que pensar.
Una voz fuera del coro: Berrettini no se demora
Podría haber elegido el camino de la «cautela» y permanecer en una zona neutral, pero no. Berrettini se puso a todos los efectos del lado de su amigo Sinner, sin pelos en la lengua y sin demorarse ni un momento
«A nadie le gustaría estar en su pellejo», comentó, «pero le conozco bien y estoy seguro de que fue un error». Matteo está seguro al cien por cien de que Jannik es inocente y de que la contaminación por Clostebol, tal y como comprobaron la comisión médica e Itia, fue totalmente involuntaria. Sin embargo, hay otro pasaje de su discurso que resulta escalofriante.
Había visto algo diferente en sus ojos, quizá menos alegría de lo habitual. Cuando todo salió a la luz comprendí lo que bullía en la olla. Lo hizo muy bien a pesar de la situación», añadió el romano, admitiendo que en las últimas semanas había percibido que algo iba mal y que su compatriota estaba disgustado. Empatía, comprensión. Un amigo de los que merece la pena tener cerca.
