Berrettini deja atrás lo que fue y comienza una nueva aventura: sus melosas palabras dejan entrever lo mucho que disfruta.
La alegría de estar allí. La conciencia de no poder dar lo mejor de sí mismo por culpa de otro parón nada esperado. El tenista Matteo Berrettini está a merced de sentimientos muy encontrados. Ha llegado a su Roma natal para participar en el Internazionali d’Italia, aunque no está tan en forma como le hubiera gustado.
El ex número 1 italiano se había retirado del Masters 1000 de Madrid debido a una fuerte amigdalitis y parece que, por desgracia, el problema aún no está del todo resuelto. Pese a todo, quería estar allí «porque es Roma», como ha subrayado en repetidas ocasiones el finalista de Wimbledon 2021. Quería sentir esa energía, respirar ese ambiente. No jugaba en casa desde 2021, por lo que no se perdería el torneo del Foro Itálico por ningún motivo del mundo.
Todo es muy diferente a la última vez que pisó el prestigioso escenario capitolino. Él ya no es el mismo, pero tampoco lo es el equipo que le respalda. Hace tres años aún se sentaba en su banquillo Vincenzo Santopadre, de quien, como es sabido, se separó el pasado mes de octubre.
Berrettini mira hacia delante: palabras sobre el nuevo entrenador
Ahora en el lugar de Santopadre está Francisco Roig, al que hemos visto trabajar unas cuantas veces más, por desgracia, al lado del campeón italiano. Sin embargo, la forma en que Berrettini habla de él nos hace darnos cuenta de que su elección ha sido acertada. Y que, tarde o temprano, Matteo podrá recoger los frutos del trabajo realizado junto a su nuevo entrenador español.
Habló de sí mismo, pero también de su histórico mentor, en la entrevista que concedió en las últimas horas en el Foro a Super Tenis. Una entrevista de la que se desprende que el pasado quedó atrás y que Berrettini, sin arrepentimientos ni remordimientos, se proyecta ya hacia el futuro. ‘Con Vincenzo fue un hermoso viaje que continúa, con hermosas amistades. Con Francisco estamos trabajando bien, tiene un método diferente que estoy estudiando, trae 18 años de experiencia con Rafa Nadal. Es bonito, de todas formas nos estamos conociendo. Creo que haré cosas buenas con él. Ahora sólo me tienen que dejar jugar.
Y todo el mundo se muere, como él, por ver cómo ha podido cambiar su tenis trabajando con Roig. Así como por volver a animar a un campeón que, pese a las críticas que injustamente se le han hecho, ha reavivado en los azzurri las ganas de tenis y de triunfar
