Sinner, más vale prevenir que curar: el tenista del Tirol del Sur ha aprendido la lección e inmediatamente ha levantado las manos.
Cuando, a finales del verano pasado, Jannik Sinner anunció que quería tomarse unos días de descanso antes de volver a las pistas, desencadenó involuntariamente un auténtico alboroto. Porque esa parada le habría impedido participar en la fase de grupos de la Copa Davis.
En retrospectiva sabemos que su ausencia, afortunadamente, no impidió de todos modos que Italtennis se hiciera con la legendaria ensaladera. Sin embargo, aún resuenan por doquier las polémicas que siguieron a aquella renuncia. Tampoco era la primera vez, a decir verdad, que el oriundo de San Cándido era puesto en la picota por su supuesto desinterés por la camiseta azzurra y, más en general, por el país italiano. En julio de 2021, como sin duda recordarán los bien informados, Sinner fue «culpable» de lo que en aquel momento se trató como un horrible «pecado».
Es decir, había decidido no acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio. Por la misma razón que le llevó, el verano pasado, a saltarse el viaje a Bolonia con el seleccionador Volandri y compañía, básicamente. No ha sido una decisión fácil, pero he decidido no participar en los Juegos Olímpicos», declaró, «representar a mi país es un privilegio y un honor, y espero poder hacerlo durante muchos años». La decisión viene dictada por el hecho de que no he jugado mi mejor tenis durante los últimos torneos y necesito centrarme en mi crecimiento. «
Pecador, la lección está servida: nunca vuelvas a cometer el mismo error
Han pasado tres años y aún parece que escuchamos, absurdas pero ciertas, las secuelas de la polémica que siguió a aquella decisión. Un guión que se ha repetido desde entonces pero que puede que no se repita nunca más, ya que Jannik ha demostrado sobradamente que ya ha aprendido la lección.
«Los Juegos Olímpicos son uno de los acontecimientos más importantes de este año para algunos jugadores. También lo es para mí», ha declarado el surtirolés en los últimos días, «porque es la primera vez que participo en unos Juegos Olímpicos. Me hace mucha ilusión. No puedo hablar de cómo me irá, porque es la primera vez para mí. Tenemos que ver también cómo gestionar el programa, porque tendremos un calendario ligeramente diferente. Justo después de los Juegos de París, por ejemplo, está el torneo Atp 1000 en Canadá. Ya dije el año pasado que los Juegos Olímpicos serían un momento clave para mí, así que tiene prioridad. También tengo ganas de jugar allí».
A la vieja sólo le basta una vez, dice un proverbio calabrés, y nada más cierto. Ahora que sabe a lo que se enfrenta, es poco probable que Sinner repita el mismo error. Esa lección, al parecer, nunca la ha olvidado.