Pecador, ¿qué has hecho? Está a la vista de todos, y él también podrá tomar nota cuanto antes
Si hubiera nacido 7 kilómetros más lejos, sería austriaco y no italiano. Y el Bel Paese no tendría hoy el honor de estar representado por uno de los tenistas más fuertes de la nueva generación. En resumen, estuvo cerca. Y salió bien, tan bien que no podría haber salido mejor.
Pertenece a las montañas de Trentino, Jannik Sinner, que primero aprendió a esquiar entre esos picos y valles, y luego a domar las pelotas amarillas con su raqueta. Vuelve a casa siempre que puede porque la familia, nunca lo ha ocultado, es lo más preciado que tiene. Más preciado que los trofeos que ha acumulado por todo el mundo e incluso que esa ensaladera, pulida para la ocasión, que levantó al cielo el pasado domingo al final de la final de la Copa Davis. No hay nada que cuente más que su madre Siglinde y su padre Hansepeter. Y su hermano Mike, por supuesto, con quien pasa gran parte de su -aunque escaso- tiempo libre.
Y es a Sesto a donde volverá en estas horas, para relajarse un poco después de una temporada agitada y muy exigente en términos de energía física y mental. No podrá quedarse allí mucho tiempo, porque la preparación invernal llama y el Open de Australia está ya a la vuelta de la esquina. Pero tendrá tiempo de sobra para comprobar por sí mismo, afortunadamente, lo que ha ‘hecho’ en estos meses.
Orgullo pecador: «Un diamante en medio del mar «
Gracias a sus épicas hazañas, Sinner se ha convertido en un fenómeno mundialmente conocido. Sin embargo, todo el mundo sabe de dónde viene, y por eso desde hace unos días no para de sonar el teléfono.
Es el de la empresa de promoción turística de su región, según revela el Corriere del Trentino: «Muchos de nuestros visitantes nos llaman desde Italia y el extranjero para felicitarnos», dijo el presidente. «Jannik es un gran embajador de nuestro país. Es un auténtico campeón, hemos tenido suerte. Es como haber encontrado un diamante en medio del mar. Y lo encontramos en Sesto’.
Una publicidad increíble y gratuita, por tanto, para Südtirol, que con todo esto ha ganado un embajador digno de tal nombre y perfectamente representativo de los valores de este rincón virgen de Italia.