Pecador, el alumno ya ha superado al maestro: una lección muy valiosa que, al final del partido, marcó la diferencia.
El presidente de Federtennis, Angelo Binaghi, dijo que hará lo necesario para proteger a la nueva estrella del tenis mundial. Que lo defenderá, como se hace con el más bello de los capullos, incluso a costa de ponerse personalmente, son sus palabras, «descamisado». Y protegerle, a sus ojos, significa asegurarse de que evita lugares potencialmente «peligrosos», como Sanremo.
Un capullo, sí. Jannik Sinner es así: un capullo recién nacido que necesita todos los cuidados y el cariño posibles para convertirse en la flor más encantadora del jardín azul. Y ya lo es, la verdad. Tanto que todo el mundo se detiene a admirarlo, a adorarlo, a intentar captar su esencia irrepetible. Como ese dulce niño que, tras su triunfo en la Rod Laver Arena, tuvo la suerte y la oportunidad de entrevistar al campeón del momento.
Nicholas, que así se llama, es uno de los muchos fans de Sinner repartidos por los cuatro puntos cardinales de Australia. Pero tuvo el mayor honor: el de conocerle y decirle personalmente lo que piensa de él. Lo mucho que quieres ser como él. Del mismo modo que Jannik, por su parte, soñaba con llegar a ser como el legendario Roger Federer, que lleva año y medio fuera de los escenarios.
Pecador, el alumno ya ha superado al maestro
Durante esta tierna entrevista, en la que el número 4 del mundo rindió homenaje tanto a Roger como a Rafa – «soñaba con ser una mezcla de ambos», dijo-, Sinner le dio al niño un consejo inestimable.
La mejor entrevista hasta el momento pic.twitter.com/ZAwNwe5B2w
– Janniksin_Updates (@JannikSinner_Up) 29 de enero de 2024
Demostró, es decir, que había aprendido la lección. Y de querer transmitirla, por si fuera poco, ahora que la ha interiorizado y la atesora cada día. Una lección que le viene de su superentrenador Darren Cahill, mano derecha de Simone Vagnozzi y elemento indispensable en el dream team que ha llevado al italiano a las estrellas.
El australiano, decía Sinner hace tiempo, le enseñó a sonreír y a divertirse en la cancha. Que es entonces lo que, probablemente, marcó la diferencia, lo que le permitió evolucionar un poco más y ganar su primer Slam. Por eso quiso compartir este secreto con el pequeño Nicholas. Lo más importante es sonreír», le dijo, «durante todo el viaje. Rodéate de la gente más guapa que encuentres y vívelo con una sonrisa. Entonces ya habrás ganado: el resultado no cuenta». ¿Puede decirse que el alumno ya ha superado al maestro?