Sinner es embajador de Gucci, pero tras romper el tabú del total white en Wimbledon, se prepara para una traición.
Lo cierto es que nadie esperaba que fuera él quien bautizara la unión entre tenis y moda. Él, que pasa tanto tiempo en la pista que la mayor parte de sus días viste gorra, camiseta, pantalón corto y zapatillas deportivas. Él, tan sencillo y genuino, que parece estar a años luz del ambiente glamuroso y brillante de las pasarelas.
Por eso había dejado a todos boquiabiertos cuando, el verano pasado, con motivo de su gran debut en Wimbledon, había atravesado la entrada del All England Club con aquella reluciente bolsa de lona bajo el brazo. Un modelo totalmente a medida, firmado por Gucci, hecho a la medida de las necesidades de la estrella emergente del tenis mundial, a saber, Jannik Sinner. Y era la primera vez, por si fuera poco, que alguien se presentaba en el Slam londinense con un accesorio que no respetaba el histórico código de vestimenta totalmente blanco impuesto siempre a los participantes en el torneo.
Se le permitió hacerlo, por supuesto, lo que dio lugar a un trascendental punto de inflexión. Y lo que hizo Sinner, además, tuvo consecuencias evidentes, ya que la ya inminente edición del Open de Australia también se caracterizará, a su manera, por una pequeña incursión ‘fashion’
Sinner, después de Gucci viene Louis Vuitton: un sueño despierto
La famosa casa de moda Louis Vuitton ha creado dos baúles a medida que guardarán los dos trofeos en juego en Melbourne hasta el final del Slam. Han sido confeccionados por artesanos en los talleres de Asnières, a las afueras de París, y reflejan fielmente el estilo que siempre ha distinguido a la famosa marca de lujo, de la que Carlos Alcaraz es testimonio
Los dos baúles hacen un guiño a los que se utilizaban en la década de 1860 y lucen el logotipo del Open de Australia en la parte inferior de la tapa. También se decoraron con los colores de la paleta del Slam, cuyas pistas son famosas por estar hechas de cemento azul. El estilo de Louis Vuitton hará aún más brillante la ceremonia de entrega de premios del esperado evento, que comenzará el 14 de enero en el país de los canguros.
Con buena gracia para Sinner, que es embajador de Gucci y que tendrá que dejar de lado, al menos esta vez, sus «afiliaciones». Y estamos seguros de que la casa de moda italiana también le perdonaría la traición, en caso de que se produjera. Porque significaría que Sinner ha ganado el Slam y en ese momento poco importaría la marca estampada en la superficie del baúl que guarda el trofeo: el sueño se habría hecho realidad.