Berrettini, bien está lo que bien acaba: se vio obligado a dar marcha atrás, pero de alguna manera se lo debía.
Reiniciar. Reinicio. Renacer. Volver a ser el de antes. Este es, sin pelos en la lengua, el principal objetivo de Matteo Berrettini. Lo que está a punto de comenzar no será una temporada cualquiera para él. Será el año cero, será el momento en el que, ahora más que nunca, tendrá que demostrar de qué está hecho.
Los aficionados deben saber bien, cuánto corazón y cabeza hay detrás de todo ese músculo. Muchos, sin embargo, gracias a las desventuras que salpicaron 2023, lo han olvidado. Ya no recuerdan hasta dónde fue capaz de llegar el romano y han borrado por completo, o eso parece, todos los hitos que cortó a lo largo de su fulgurante carrera. Su vagón se ha vaciado, sobre todo desde que hizo oficial su relación con Melissa Satta. Sin embargo, estamos seguros de que pronto volverá a ocupar el espacio que muchos han dejado vacante.
Tiene tantas ganas de redimirse, el ex número 1 italiano, que no lo soltará si antes no consigue, al menos en parte, volver a su antigua gloria. Encontrar un nuevo entrenador que le guíe en esta misión era sólo el primero de una serie interminable de pasos: la fase crucial comienza ahora y, si todo va como espera, entre él y Jannik Sinner habrá sálvese quien pueda.
Berrettini y ese mea culpa entre líneas
Mientras se pone en forma, entre las buenas noticias también ha recibido una ‘disculpa’ de alguien que, hace un par de semanas, le había ‘herido’ de alguna manera. ¿Te acuerdas del siparietto entre el martillo romano y la ex tenista Nicola Pietrangeli en los premios SuperTennis?
El excampeón, cuando subió al escenario para felicitar a los chicos que habían ganado la Copa Davis, supuestamente dirigió a Matteo -algo que aún está por comprobar, aunque los labios están bastante claros- una frase un tanto odiosa. «¿Y tú qué haces aquí?», le habría preguntado, como dando a entender que, al no haber saltado a la pista en Málaga, no merecía llevarse el honor de aquella victoria. Suponiendo que Pietrangeli realmente dijera eso, debió darse cuenta, una vez terminada la gran gala, de su error.
Tanto es así que, en las últimas horas, ha corregido su lanzamiento dedicando unas bonitas palabras a Berrettini. No le ha pedido disculpas formalmente por ese desliz, pero es como si lo hubiera hecho: «¿Italia en la Copa Davis? Con el regreso de Berrettini», dijo Pietrangeli, «no hay más para nadie. Tenemos un equipo que partirá como el rival a batir’. Un gran certificado de estima, en resumen. ¿Habrá aceptado Matteo las disculpas de su predecesor?