Berrettini, la cuenta atrás ya ha empezado: plan listo para maquillarlo todo
Puede que sea cierto que lo que cuenta es el resultado, pero no debe haber sido fácil ser un alhelí y sólo poder mirar sin ‘tocar’. Matteo Berrettini celebró en Málaga la victoria del equipo nacional italiano en la Copa Davis, pero es totalmente comprensible que tuviera la boca un poco amarga
Él, al que parece importarle la camiseta italiana más que a nadie, se vio obligado a renunciar a la convocatoria por culpa de la maldita lesión que arruinó la segunda mitad de su temporada. El tobillo ya no le duele, pero el romano ha preferido no forzar el tiempo de recuperación y el pie para evitar que el problema degenere y comprometa, Dios no lo quiera, incluso el inicio de la siguiente. Una temporada en la que pretende ser protagonista a todos los niveles, después de un año caracterizado por demasiados stop&go. Como jugador individual, sin duda, pero también como miembro de la selección italiana.
No debe de haber sido fácil, decíamos, renunciar a la alegría de levantar al cielo esa ensaladera tan codiciada. Berrettini, sin embargo, se «contentaba» con aportar su contribución desde el banquillo, apoyando y respaldando a sus compañeros y marcando así, al menos según ellos, la diferencia. Ahora, sin embargo, es el momento de la cuenta atrás. Y que nunca vuelva a ocurrir.
Berrettini ya está en la cuenta atrás. Pecador también
Los chicos de Filippo Volandri ni siquiera han tenido tiempo de digerir su apetito de emoción en España cuando ya toca pensar en la próxima edición.
«Queremos repetir -dijo el capitán en referencia al deseo de hacer el bis en la Copa Davis- y esta vez hacerlo con Matteo Berrettini. Merecía estar con nosotros en el podio para levantar el trofeo, así como aparecer en las fotos oficiales, pero el protocolo no lo permitió». Sin embargo, hay una forma de saltarse el protocolo. Y es una sola: estar allí cuando llegue de nuevo el momento de la competición por equipos.
El romano ya ha dicho que lo desea más que nada en el mundo y también hay alguien, a decir verdad, que quiere repetir con él. «Nos ha ayudado en todo», añade Volandri refiriéndose a Berrettini, «y no ha sido fácil para él, después de un año tan difícil, quedarse de brazos cruzados viendo a los demás jugar, luchar, sufrir, alegrarse. Pero es un tipo especial, e incluso Jannik ha dicho que quiere ganar otro con él enseguida». Y ya se sabe cuando Sinner se propone algo.