Berrettini, algo se mueve pero el tiempo apremia: los próximos días serán decisivos para el tenista romano.
Sin él, dicen sus compañeros, no habría sido lo mismo. Su presencia en el banquillo, al menos a juzgar por las entusiastas declaraciones del quinteto de oro que se trajo a casa la mítica Copa Davis, fue preciosa. Incluso indispensable. Tanto que marcó la diferencia, incluso.
Que Matteo Berrettini era un formidable hombre de equipo ya lo sabíamos. Había hecho una contribución fundamental, en términos de motivación y apoyo, incluso durante la fase de grupos, pero en las finales se superó a sí mismo. Tanto es así que la fuerza motriz del equipo, es decir, Jannik Sinner, consideró oportuno etiquetarlo en las fotos oficiales tomadas durante la ceremonia de entrega de premios. El romano no pudo posar con el resto del equipo porque el protocolo no lo permitía, pero eso no quita para que los 5 fantásticos de la Davis piensen que también es un poco gracias a él que Italia puede volver a disfrutar de la mítica ensaladera tras 47 años de ayuno obligado.
El viaje a Málaga puede haber sido decisivo, por tanto, para el ánimo del tenista romano. Aunque no juegue, puede que haya redescubierto las ganas de competir y de ganar, después de todos estos meses pasados, sin ton ni son, en boxes esperando a que la lesión siguiera su curso.
Berrettini, el tiempo se acaba y mientras tanto a entrenar con él
Sin embargo, eso no es suficiente. A Berrettini no sólo le faltan las ganas de volver a jugar, que puede haber encontrado de nuevo en Málaga. Le falta algo igualmente importante que no depende sólo de su voluntad.
Matteo, por lo que parece, está luchando por formar un nuevo equipo respetable que pueda devolverle al top ten. Se separó de su entrenador de toda la vida hace unas semanas y aún no ha encontrado -o quizás sí, pero no lo ha hecho oficial- un heredero a la altura de Vincenzo Santopadre. El nombre de Thomas Enqvist ha circulado en el ambiente con cierta insistencia, pero se desconoce si ambos han llegado a un acuerdo y si es realmente el nuevo entrenador del finalista de Wimbledon 2021. No obstante, podría ser cuestión de días.
Lo único cierto es que Berrettini se ha saltado, por necesidad, las vacaciones de invierno. Con todo lo que hay por hacer, no tiene ni un minuto que perder, hasta el punto de que el martillo italiano se entrena estos días con un tenista de hierba al que admira mucho, a saber, Samuel Vincent Ruggeri, clase 2002 y 363º en la clasificación de la Atp. Algo se mueve, pues, a la espera, quizás, de que se le una el nuevo entrenador que tendrá la carga y el honor de devolverle a su antigua gloria.
