Incomprensible Pecador, nadie entiende por qué.
Se equivoca quien cree que entre bambalinas el ambiente está cortado a cal y canto. La verdad, de hecho, es que cuando no están en la pista, los tenistas que compiten en las Finales de la Atp se lo pasan en grande. Cuando los focos están apagados, ríen y bromean, se toman el pelo unos a otros y entablan relaciones que van mucho más allá de la rivalidad.
Y están muy unidos, o eso parece, los campeones que estos días luchan en Turín por hacerse con el título de Maestro entre Maestros. Se la juegan, y no sólo desde el punto de vista deportivo. Prueba de ello es que cada vez que las cámaras y los micrófonos del equipo social del Tour están al acecho, ninguno de ellos se echa atrás. Responden a todo y participan en cualquier juego, incluso en el más aparentemente estrambótico.
Como éste, por ejemplo, cuyo clip ha recorrido las redes sociales en las últimas horas. La pregunta era muy sencilla, mientras que el resultado, pruébalo para creerlo, fue absolutamente desternillante. Sí, piensa en lo que podría haber pasado cuando a los ocho mejores solteros de la temporada se les pidió que inventaran desde cero un nombre para un hipotético restaurante italiano. Literalmente, vimos -y oímos- un montón de cosas buenas.
Sinner no va a por todas: es el único que glissó
La respuesta más pertinente es la de Carlos Alcaraz, que daría a un restaurante tricolor el muy simple pero no por ello menos impresionante nombre de ‘Trattoria de Carlitos’. Andrey Rublev, que admite tener problemas con los nombres, lanza uno al azar y dice ‘Torino’.
Alexander Zverev, evidentemente consciente del éxito de Sinner en el Bel Paese, se hizo el gracioso pero se salió de la pista con su ‘The Sinnester’, que es cualquier cosa menos un nombre italiano. Lo mismo ocurre con Taylor Fritz, que opta por la autorreferencialidad y se atreve con un -poco temático- «Fritzies». Mención aparte merecen los esfuerzos de Daniil Medvedev, que intentó dar con un nombre original pero, por desgracia, lo estropeó como los demás: su «Cantinenta Bodega», aunque divertido, es digno de revisión. Al igual que la «Enoteca» de Casper Ruud, precipitada y poco creativa en su respuesta.
Alex de Minaur dice ‘Giovanni’s’, ignorando el hecho de que el genitivo sajón, utilizado de esta manera, no es precisamente típicamente italiano. Pero la verdadera decepción fue el presentador, Jannik Sinner, que al ser preguntado por este partido se hizo un auténtico lío: «No tengo ni idea», respondió, «volveré a hablar contigo la próxima vez». Nadie se explica por qué no entró en el juego, ya que es irónico e ingenioso, pero que así sea. Evidentemente no tiene aptitudes empresariales.