Jannik Sinner, hasta los campeones a veces se equivocan y lo ocurrido es prueba de ello: tiene que superarlo.
Seamos realistas: a todo el mundo le gusta fantasear. Y también «bordarlo». No literalmente, sino en sentido figurado. Nos encantan, por eso, las narraciones, a veces románticas, que se hacen de hechos e informes de dominio público. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Algunas «cosas» son distintas de lo que parecen, o al menos de lo que suponíamos que eran.
Es el caso, por ejemplo, de los dos tenistas más sonados de la nueva generación, Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. Desde el principio, huérfanos del legendario dúo formado por Rafael Nadal y Roger Federer, estábamos convencidos de que el ibérico y el italiano eran sus herederos naturales. Y en cierto modo lo son. Serán, eso es seguro, los dos campeones que se disputen los títulos más prestigiosos del circuito en los próximos años. Los que darán vida, como ya lo han hecho, a los desafíos más apasionantes y excitantes.
Pero su relación, bien mirado, no sigue demasiado de cerca la de Rafa y Roger, que hasta el final de la carrera del suizo se cogieron -literalmente- de la mano. Hay alguna diferencia subyacente y quedó patente cuando se le preguntó al 4 veces campeón de Slam por el asunto Sinner.
Alcaraz se retira: ‘Hay muchas cosas que no sabemos’
La gente del tenis, por una u otra razón, esperaba que Alcaraz defendiera a capa y espada al número 1 del mundo. Que proclamara su inocencia como, unas horas antes, había hecho Matteo Berrettini, que ni por un momento puso en duda la sinceridad de su compatriota respecto al presunto caso de dopaje que se había montado en los últimos días.
Carlos prefirió mantenerse neutral. No tomar partido. Una decisión que, nos guste o no, hay que respetar. ‘Creo en un deporte limpio -son sus palabras-, pero no sé lo suficiente sobre el asunto. Estoy seguro de que hay muchas cosas que no sabemos dentro del equipo, dentro de todo el asunto. Pero si dejan jugar a Jannik habrá una razón, han dicho que es inocente. Eso es todo lo que sé y de eso es de lo único que puedo hablar».
Palabras que pueden haber dolido, aunque no se puede estar seguro, al afectado, que dijo lo siguiente en una rueda de prensa en Nueva York: Me he dado cuenta de quién es mi amigo y quién no. Los que me conocen saben que nunca rompería las reglas». Una frase que parece dirigida precisamente al español, en relación con el cual, hace algún tiempo, había declarado «somos buenos amigos». Sólo que quizá, por desgracia, se equivocó…