No hay paz para Jannik Sinner. El enésimo revés no ha hecho más que complicar la situación.
Más que una polémica, ahora se ha convertido en una cruzada en toda regla. Y no parece tener intención de soltar prenda, Nick Kyrgios, el primer tenista que ha cuestionado la integridad moral de Jannik Sinner y el contenido de la sentencia que arrojó luz sobre el presunto caso de dopaje en el que el italiano fue, a su pesar, protagonista.
Todo comenzó el mismo día en que el equipo del tirolés del sur emitió un comunicado en el que describía, con todo lujo de detalles, lo sucedido en Indian Wells y las consecuencias que se habían derivado. El australiano no lo dudó e inmediatamente señaló con el dedo a su colega italiano, calificando la sentencia de ridícula y aludiendo a que sería necesaria una inhabilitación de dos años. Para él, no hay duda, Sinner es culpable, independientemente de lo que digan Itia y la comisión médica que analizó los hechos y examinó la versión proporcionada por el equipo de Jannik.
En cualquier caso, el vitriólico tuit no fue más que el comienzo de su batalla personal contra el número 1 del mundo. Kyrgios no se limitó a ese post, aunque sus palabras fueron muy criticadas. En las últimas horas ha vuelto a la carga y lo ha hecho utilizando las palabras de un ex tenista para defender al campeón de San Cándido.
Kyrgios no se rinde, la polémica continúa
El ex tenista en cuestión es Andy Roddick, que en medio de todo este caos ha tenido a bien señalar una vez más, porque pocos se han dado cuenta, que la cantidad de Clostebol presente en la orina de Sinner era insignificante e incapaz, como tal, de alterar el rendimiento del tenista.
Detalle que a ojos del chico malo de Canberra es irrelevante, tanto que Nick volvió a arremeter contra Sinner comentando, precisamente, las palabras de Roddick. «¿Entiendes lo rápido que estas cosas salen de tu sistema?». ‘Afirmación ridícula’, añadió inmediatamente después. Sin conceder el beneficio de la duda, Kyrgios. Convencido como está de su tesis, poco le importa el resultado de la investigación que se llevó a cabo para determinar si hubo o no mala intención por parte de Jannik.
Por eso decíamos al principio que lo del australiano se ha convertido en una cruzada. Hace acusaciones y juicios sin ninguna prueba ni base científica en la que fundamentar sus tesis, pero que así sea: conociéndole, no descansará hasta que haya encontrado algo nuevo de lo que ‘hablar’.
