Sinner, asombro en la sala en el Media Day previo a Wimbledon: lo dijo de verdad, su confesión está dando vueltas en la web.
En los últimos días, en vísperas de Wimbledon, dijo algo que resume su grandeza y singularidad. Dijo a la prensa que no sólo quiere ser recordado por sus logros deportivos, sino también por las cosas que, con el tiempo, podrá transmitir a la gente que le anima. Especialmente a los niños, con los que, siempre ha sido obvio, tiene una relación muy especial.
Cada vez que abre la boca, en definitiva, Jannik Sinner siempre consigue hacer alguna declaración que completa el puzzle y nos permite conocerle un poco mejor de vez en cuando. Con ocasión del Media Day, celebrado en el All England Club poco antes del comienzo oficial del Major británico, soltó la lengua e hizo una confesión decididamente inesperada.
El azurro es espontáneo, puro, genuino, por lo que nada de lo que sale de su boca está preparado, y mucho menos «inflado» para ocupar titulares. De hecho, si por él fuera, evitaría gustoso cualquier entrevista o comentario sobre su cuenta. Al fin y al cabo, al oriundo de Innichen sólo le interesa una cosa: jugar y, posiblemente, ganar.
Sinner lo cuenta todo: en su mente sólo existe esto
Durante una disquisición sobre los pros y los contras del deporte que empezó a practicar en serio cuando se mudó a Bordighera, en la pista de Riccardo Piatti, Jannik dejó escapar un pensamiento bastante interesante.
Estaba allí, hablando del ambiente de los Slams y de la belleza del tenis cuando, de sopetón, hizo una declaración que descolocó un poco a todos los presentes en el Media Day previo a Wimbledon.
«Soy muy afortunada porque empecé a jugar al tenis como un hobby y ahora se ha convertido en un trabajo. En mi mente sigue siendo un hobby. Me encanta ir a la pista y jugar. Creo que no hay cosas negativas (en este deporte, ed). Sé lo mucho que he sacrificado para estar en la posición en la que estoy. Siempre es un honor estar en el campo. Creo que ésa es una de las razones por las que me encanta el tenis, no doy nada por sentado. Un hobby con el que se ganan millones, quizás, pero un hobby al fin y al cabo. No hay nada más genuino que eso.