Berrettini y Sinner, sus respectivas situaciones no pueden ser más diferentes: fans divididos.
Quién sabe: tal vez, sin el chisme de por medio, su romance con Melissa Satta no habría terminado. Porque está claro, ay de negarlo, que las exageradas habladurías y polémicas que han salpicado esta relación desde el primer día han terminado por desgastar este amor. Nadie habría podido resistirse más que la ex belleza de Striscia la notizia por otra parte.
La showgirl batió todos los récords de resistencia, en cuanto a las críticas recibidas, al igual que su ex, Matteo Berrettini, debió sentirse exasperado en un momento dado. Afortunadamente, tanto él como ella pudieron encontrar algo de paz inmediatamente después de la ruptura que la gente de las redes sociales acogió con extremo favor, seguros como estaban los internautas de que la bostoniana tenía toda la culpa de la défaillance del tenista.
A Melissa se la culpó de todo, a menudo con epítetos bastante pesados, como el de adicta al sexo utilizado por los tabloides británicos. Y a Berrettini no se le ha perdonado que se dejara seducir por una supuesta «devoradora de hombres» (?) de su calibre. Tampoco se le perdona su nuevo romance con Federica Lelli, que aunque más discreta y menos presente en las redes sociales ya es el nuevo objetivo de la corte social. En los últimos días, la chica se ha convertido en la coartada de la derrota de Matteo en Roland Garros: «Es influencer», ironizan algunos usuarios, refiriéndose a su profesión y siguiendo pensando, por tanto, que el romano es tan estúpido como para tirar una carrera por la borda para ser una mariposa. Pero que así sea. Las redes sociales dan voz a todo el mundo y eso es.
Sinner diferente de Berrettini: he aquí por qué
Los partidarios de Jannik Sinner, en cambio, tienen una opinión completamente distinta, con la relación aún por confirmar del italiano con su colega Anna Kalinskaya.
Los dos fueron fotografiados cenando juntos en París, pero nadie se ha atrevido a sugerir que la rusa pueda «arruinar» la carrera del sudafricano. Al contrario, estas indiscreciones han generado incluso cierto entusiasmo en todo el mundo, porque gusta el hecho de que el oriundo de San Cándido pueda haberse enamorado de una chica que vive lo mismo que él y que, como él, ha inmolado su vida al tenis. La nueva pareja, en definitiva, ya ha convencido a todos.
Otros usuarios de las redes sociales incluso intentan, de forma bastante insólita pero muy acertada, protegerle: «Dejadle en paz», «Dejadle hacer lo que quiera», escriben muchos, reivindicando el sacrosanto derecho de los deportistas a enamorarse y formar una familia. Un derecho que hay que defender con uñas y dientes. Es una pena que nadie haya hecho nada parecido por Berrettini. Por otra parte, no ha ganado ningún Slam. Nunca ha estado tan cerca de subir a lo más alto de la clasificación. No merece, por tanto, el respeto de los demás. Es un tenista acabado porque no consigue remontar, así que hay que masacrarlo, demolerlo, como si el destino no le hubiera pasado ya una factura exagerada. Cuando dicen doble moral. ¿Y si en cambio los dejáramos en paz a los dos, como deberíamos?