Sinner, las acusaciones vertidas no dejan lugar a interpretaciones: Jannik también está implicado, por eso.
Siempre está enfadado con alguien. O mejor dicho, alguien siempre la tiene tomada con él, según Holger Rune. No es la primera vez que el danés se vuelve loco, pero la opinión general es que esta vez ha ido demasiado lejos. Todo ocurrió en Madrid, durante el Masters 1000 en curso en la Caja Mágica.
La racha negativa del oriundo de Gentofte continúa: el antiguo protegido de Boris Becker ya ha salido en tercera ronda después de tres encendidos sets contra Tallonn Griekspoor. Antes había ganado, también en tres sets, al argentino Mariano Navone. En aquella ocasión, sin embargo, había prendido fuego y llamas, en el verdadero sentido de la palabra, improvisando un «espectáculo» que ya está destinado a pasar a la historia. De hecho, de todos los muchos golpes realizados en la pista por tenistas, el de Rune será recordado para siempre como uno de los peores.
En el momento más agitado del partido, al final del último set, Holger lanzó duras acusaciones contra los organizadores del torneo ibérico. Hasta entonces, el partido había sido de todo menos fácil y el cabeza de serie número 11 se había visto en apuros en varias ocasiones. De ahí la creencia de que intentaban engañarle. Sí, lo has entendido bien. Hacer trampas.
Pecador, furia en la pista: el dedo señala al torneo
Esta fue la acusación de Rune contra los anfitriones, a los que señaló como culpables de sabotearle. «El torneo está intentando engañarme, no han puesto una cuerda en mi raqueta», le dijo al juez de silla, insistiendo una y otra vez
No es que lo que ha hecho nos haya sorprendido demasiado. El chico malo de Gentofte no es ajeno a la polémica, acostumbrado como está a enfrentamientos y espectáculos en la plaza pública. Ahora se enfada con el público, ahora con sus oponentes o con el presidente del tribunal: siempre es capaz de encontrar un pretexto, en definitiva, para agitar un poco las cosas y hacer gala de su carácter un tanto fogoso.
Poco más de una semana antes había señalado con el dedo, una vez cobrada su derrota contra Jannik Sinner, a la Atp: «No me pusieron en las mejores condiciones, no me dejaron descansar lo suficiente. Y el juez de silla se equivocó en una decisión crucial». Pero incluso entonces, la lista de provocaciones y polémicas era larga, porque Rune, en esencia, hizo de sí mismo un espectáculo desde el primer día de su entrada en el circuito principal. Porque pobre del hombre que admita ser el único responsable de sus propias derrotas: de un modo u otro, siempre es culpa del vecino…