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Berrettini le quedan dos meses para intentarlo todo: junio es el mes que hay que marcar en rojo en el calendario.
Cada país puede estar representado por un máximo de cuatro jugadores. Es más, aunque muchos países cuentan con varios campeones de talla mundial, no se puede. Lo dicen las reglas, y poco importa, en consecuencia, que tantos grandes nombres se queden al margen para hacer de alhelíes del acontecimiento del año: los Juegos Olímpicos de París 2024.
Italia podrá contar, eso sí, con algunos de sus peces gordos más prestigiosos. A la cabeza de la Carrera Olímpica, la clasificación que determina qué tenistas merecen participar en los Juegos, se encuentra Jannik Sinner, seguido de cerca por Lorenzo Musetti, Matteo Arnaldi y Luciano Darderi. Hay tiempo hasta el 9 de junio del año que viene para poner más puntos en el tablero y posiblemente obtener el pase para la competición, pero ahora mismo todos los demás están matemáticamente fuera de juego. En todos los sentidos. Las circunstancias no permiten actualmente la participación de Flavio Cobolli, Luca Nardi, Lorenzo Sonego y Fabio Fognini. Y probablemente se esté preguntando, a estas alturas, qué será de Matteo Berrettini.
En esta clasificación especial, que tiene en cuenta el periodo comprendido entre el final de Roland Garros 2023 y el final de la edición 2024 del Slam francés, no hay sitio para el martillo romano. No hoy, al menos. Tras haber jugado de forma esporádica y no haber logrado gran cosa en este periodo de tiempo, el finalista de Wimbledon 2021 sólo atesora 430 puntos, por lo que ocupa el puesto 117º en la Carrera Olímpica. En cualquier caso, aún no está dicha la última palabra.
Berrettini, es ahora o nunca
El ranking se cierra oficialmente dentro de dos meses, por lo que, en teoría, el ex número 1 italiano tendría tiempo de sobra para recuperar terreno de cara a los Juegos Olímpicos. Sobre todo porque en tierra batida lo ha hecho muy bien hasta ahora.
No será fácil, desde luego. Hay tantos perros en el hueso, como debe ser, que Berrettini no será el único que sueñe día y noche con las medallas en juego en los Juegos Internacionales. Pero, conociéndole, lo dará todo. Del mismo modo que está haciendo todo lo posible, por otra parte, para remontar y olvidar los tiempos oscuros que le relegaron a los márgenes de una clasificación de la que, hasta hace poco, era el gran nombre indiscutible.
En este punto, las próximas citas en las que participe serán decisivas. Una vez archivado el viaje a Marruecos, Matteo tendrá que ganarse un puesto en el cuadro principal de Montecarlo y luego jugar tanto en Madrid como en Roma, donde por desgracia -irónicamente, ya que ésa es su ciudad- lleva un tiempo desaparecido. Esperemos, pues, que la roja le traiga la suerte y las alegrías que se merece.