Sinner, eso lo explica todo. Ahora que ha soltado la sopa, todo se ha aclarado de repente.
La gente en las redes sociales tiene una teoría muy interesante y los memes, a la luz de esto, son moneda corriente, cada vez que aparecen nuevos elementos que de alguna manera parecen apoyarla. Muchos de los aficionados al tenis que pululan por Instagram y X están convencidos de que el mayor fan y seguidor de Jannik Sinner es un insospechado, concretamente su rival más enconado, Carlos Alcaraz.
Quienes les siguen y conocen lo suficiente saben, de hecho, que antes incluso de ser rivales son, sobre todo, amigos. Y no es sólo una forma de hablar, sino de verdad, hasta el punto de que el pasado mes de diciembre, en plena concentración invernal, acordaron verse y entrenar juntos en la academia de Juan Carlos Ferrero. Ese mismo día, Sinner había asistido a la ceremonia de bautizo de un campo con el nombre de su amigo español y capturó cada momento con su smartphone, orgulloso de aquel bonito homenaje. Y Carlitos también se alegra sinceramente, cada vez que el Azul marca un nuevo gol.
De ahí la tesis, apoyada por cientos de usuarios, de que Alcaraz es el más ardiente de los muchos pecadores que hay hoy en el mundo. Que es el comandante del ejército zanahoria y que nadie se alegra más que él cuando Pecoso juega bien, bate un nuevo récord o gana otra posición.
Alcaraz se desahoga con Sinner: toda la verdad
Esto les convierte, según la opinión popular, en una de las «parejas» deportivas más bellas de todos los tiempos. Una pareja cuya belleza podría incluso superar a la del legendario dúo formado por Roger Federer y Rafael Nadal, que en términos de deportividad y amistad deportiva han marcado la pauta para todos los demás
¿Pero por qué, se pregunta tanta gente, hay un feeling tan especial entre Sinner y Alcaraz? La razón se cuenta pronto. El propio Carlitos lo desveló al margen de la semifinal disputada en Indian Wells, que ganó al imponerse a su amigo de San Cándido en 3 sets.
Los dos chicos pasaron mucho tiempo en el vestuario, debido a la interrupción provocada por la lluvia, y allí intercambiaban ideas y opiniones sobre «la vida». «Él significa mucho para mí», admitió el ibérico en la rueda de prensa, «siempre he dicho que un deportista debe ser, antes que eso, una buena persona. Y Jannik piensa lo mismo». He aquí, pues, su secreto. El que guardan celosamente y que les ha permitido reescribir las reglas de la competición y la rivalidad.