Sinner fuera, revolución inesperada: las cosas han cambiado tanto en los últimos meses que ha acabado así.
A nivel táctico poco se le puede enseñar. Es muy posible que sea él quien ocupe la silla y dé lecciones a los demás, desde el punto de vista de las estrategias a adoptar sobre el terreno de juego. Sin embargo, Daniil Medvédev consideró que había llegado el momento de abrir las puertas de su equipo a un nuevo elemento, y en su presencia llegó el muy preparado Gilles Simon.
Una colaboración, la del ruso y el francés, que promete ser muy interesante, aunque sólo sea por el hecho de que sin duda inaugurará escenarios inesperados. Entre bastidores, en realidad, Simon ya lleva un tiempo. Ambos trabajan juntos desde diciembre, pero aún no lo habían revelado a nadie. En Australia», reveló Gilles, «yo enviaba todas las tácticas previas a los partidos. Durante los partidos, enviaba instrucciones a Cervara (el histórico entrenador de Medvédev), que las transmitía más o menos en tiempo real a Daniil». Así que ahí estaba su mano en esos dos complicados primeros sets jugados en Melbourne en la final, cuando parecía que Jannik Sinner no podría domar al entonces número 3 del mundo.
Así es, Sinner, el mismo Sinner que ha dado guerra a Medvedev, en el verdadero sentido de la palabra, en los últimos meses. Desde que el del Tirol del Sur encontró la manera de desactivarlo, el ruso no ha podido hacer nada. Y si podíamos imaginar que el italiano ya no le caía en gracia, desde luego no podíamos predecir que el moscovita le «odiaría» hasta este punto.
Pecador, ten cuidado: ya no le caes en gracia
También está el nombre del Rey de Melbourne, de hecho, en la lista negra que Daniil supuestamente proporcionó al nuevo miembro de su equipo en el momento en que se unió al equipo
Una lista negra con todas las de la ley que Medvédev supuestamente ha elaborado, por lo que parece, indicando todos los jugadores a los que realmente no le gusta enfrentarse. La lista tiene 16 rivales en total y es en ellos, en concreto, en los que Medvédev y Simon centrarán su trabajo. El objetivo es preparar una táctica a aplicar contra cada uno de ellos, para asegurarse de que nadie más, incluido Sinner, pueda poner en apuros al ex número 3 del mundo.
¿Y quién iba a pensar hace ahora un año que los papeles se invertirían y que Jannik se convertiría en la bestia negra de Daniil, que una vez «bostezó» de aburrimiento, tan fácil era ganarle?