Berrettini, después de mucho pensarlo, ha encontrado la manera de enmendarse: en este momento, nadie se lo esperaba.
Matteo Berrettini era un gran caballero. Podría haberlo contado todo y satisfacer la curiosidad de todos sus seguidores, pero decidió no hacerlo. Un poco para evitar la polémica, un poco para no faltar al respeto a un hombre que, pase lo que pase, ha escrito una hermosa página en la historia del tenis italiano.
Hablemos de Nicola Pietrangeli, para quien no lo haya entendido. El ex campeón italiano, que no perdona a nadie cuando tiene ganas de polémica, armó un buen revuelo el pasado noviembre. Invitado a la gala SuperTennis, cuando subió al escenario y estrechó la mano de los héroes de la Copa Davis 2023, lo había hecho a lo grande. Había saludado a Jannik Sinner y se había entretenido, en cambio, en la presencia de Matteo Berrettini. El romano, como se recordará, no había jugado en Málaga. Sin embargo, había volado a España para apoyar a sus compañeros y ofrecerles apoyo moral.
Sin embargo, Pietrangeli había dado la impresión de que no entendía del todo, o al menos no compartía, el motivo de la presencia de Berrettini en aquel escenario. Le había dicho algo y Matteo incluso se había sentido herido. Sólo que nunca se supo, con precisión, qué palabras salieron realmente de su boca. El romano, por su parte, nunca se ha pronunciado al respecto.
Berrettini, se ha hecho justicia: dispuesto a perdonar
La hipótesis más acreditada es que Pietrangeli expresó su decepción y preguntó a Berrettini qué hacía allí. Le estaba señalando, por tanto, que no merecía estar en ese escenario, a la vista de que no había jugado en Málaga
Aparte de todo lo demás, hay que reconocerle al ex campeón el mérito de haberlo compensado. También estaba Pietrangeli, hace unos días, en el Quirinal, en la «fiesta» que Mattarella quiso organizar para homenajear a los tenistas que ganaron la Copa Davis el año pasado. Antes de entrar, el tunecino de 90 años fue entrevistado y encontró la manera de corregir su tono.
Si Berrettini vuelve a jugar a su nivel -son sus palabras- no hay más para nadie». Una frase corta y concisa que, estamos seguros, habrá complacido al propio hombre. Quien, llegados a este punto, podría incluso decidir ‘perdonarle’ esa pequeña travesura…