Jannik Sinner está oficialmente en los libros de historia, y no sólo por sus éxitos hasta la fecha: nadie lo había hecho antes.
Érase una vez, no muy lejana en el tiempo, un deporte que no tenía rival. Se llamaba fútbol, y todo el mundo, sin excepción, hablaba maravillas de él. Los jugadores eran tratados como héroes y no había nadie en el mundo que se atreviera a competir con ellos. Por no hablar de superarles en términos de popularidad.
Nadie se atrevió a imaginar, entonces, que las cosas podrían cambiar tan radicalmente de un momento a otro. Que un día nacería alguien capaz no sólo de plantar cara a aquellos superhéroes de pies de hada, sino incluso de vencerlos. Y ese día llegó cuando, en agosto de 2021, una tal Siglinde dio a luz a su primer hijo. Un niño pelirrojo y de pelo rizado que prefería el tenis al fútbol y el esquí, por lo que se cortó la cabeza. Un niño que ahora es un campeón de renombre mundial y que, en cierto modo, ha puesto patas arriba la suerte del elegantísimo deporte de origen inglés.
Es Jannik Sinner el atleta al que hay que reconocer, hoy, el mérito de haber conseguido desviar la atención de los italianos. En el Bel Paese ya no sólo hay fútbol, aunque siga siendo popular. Que se está produciendo una inversión de tendencia queda claro, sin embargo, por el hecho de que, paralelamente a sus hazañas, las escuelas y academias han experimentado un auge en términos de matriculaciones.
Qué fenómeno es Jannik Sinner: por fin ha llegado la hora del cambio
Cuánto «daño» ha hecho el huracán Jannik Sinner queda claro, por si necesitas pruebas, en los datos. El informe anual de búsquedas en Google revela, de hecho, que el personaje más googleado en 2023 -frente a 2022- es precisamente el tenista del Tirol del Sur
Tras él en la clasificación se encuentra un futbolista, concretamente Romelu Lukaku. Un dualismo que narra a la perfección el nuevo curso de la historia deportiva y da buena idea de la magnitud del fenómeno Sinner.
Tenía razón, pues, cuando Angelo Binaghi, presidente de la Federación Italiana de Tenis y Pádel, señaló el pasado mes de octubre que el tenis se preparaba para parecerse al fútbol. Con Sinner, un habitual de las finales y quizás ganador de un Slam», había dicho, «no puedo imaginar una situación más favorable». Había acertado. Y ese momento, tal vez, llegó incluso antes de lo que todos imaginaban.